Nuestros amigos de  www.guildwars2-online.com nos traen una nueva traducción de la mano de Zabrios y Albert
 
En el año 1090 del calendario Mouveliano, el rey Adelbern, el último soberano humano de Ascalon, liberó el Foefire. Los habitantes humanos de esa tierra sucumbieron a la terrible magia, sólo para resurgir de nuevo como fantasmas. Sobre 1112, las Grandes Legiones de los charr reclamaron la totalidad de Ascalon. Sólo cuatro años después, Kalla Espadallameante de la Legión de Sangre se reunió con Forge Golpedeacero, el emperador de la Legión de Hierro, y le pidió ayuda para liberar a su gente del control de los chamanes. Juntos, Kalla y Forge lideraron una rebelión contra la Legión de la Llama, derrocando su tiránico gobierno. Las tres legiones: Sangre, Ceniza y Hierro, se unieron como una nación de las ruinas del pasado.





“Eres un cobarde”

“Eres un idiota”


Sus espadas sonaron al ser desenvainadas con el estridente sonido de la ira, y sólo las garras del centurión de la Legión de Hierro alejaron la sangre del campo.


“¡Rendíos! ¡Los dos!” rugió el comandante. Sus ojos negros se clavaron en las tropas rebeldes, y los dos combatientes apartaron sus armas lentamente.

“Tengo seis partidas de guerra que organizar, soldados, y no puedo perder el tiempo haciendo de niñera de unos estúpidos renacuajos. ¡Poned vuestras colas en marcha! Habéis estado cinco años luchando. Mataos de una maldita vez o dejad de hacerme perder el tiempo!”

La legionaria Via Venashendidas cerró sus puños. Gruñó con una incontrolable obediencia. “Bien. Pero si ese llorón y débil de mandíbula blanca intenta ordenarme lo que hace una vez más…”


“Si no llego a decírtelo y caes en una emboscada, entonces sería culpa tuya.” El otro charr, un pequeño macho de la Legión de Ceniza, pasó sus garras por la empuñadura de su puñal de mango blanco. “ Tú y tu partida de guerra de la Legión de Sangre os convertiréis en monstruos de la marca”, dijo de una manera desdeñosa. “Y entonces, ser corrompida por un dragón puede que te hiciera más agradable, Via”


Via se enfureció de nuevo, pero el centurión todavía estaba en su camino. “¡Fuera de aquí, Feros!” El centurión los empujó hacia atrás. “¡Atrás!” Golpeando con su fino dedo en el oscuro pecho del cazador, el centurión dijo con saña: “¡Tu deber, basura de Ceniza, es la de escoltar esta partida de guerra a través de la Extensión de Foulblind hasta el Fuerte Kinar. Si no puedes hacer eso, tráeme a otro que pueda!”


Feros el Inculto gruñó suavemente y soltó sus armas. “Está bien, prometo que los vigilaré a través de la Marca… sólo quítame a esta loca de mi espalda.”


“Bien.”Asintió Via. “Muéstrame el camino, después apártate del mío.”



El retorno de las Legiones

Incluso después de que los charr recuperaran Ascalon, habían otros desafíos que vencer. Las tres antiguas legiones (Hierro, Ceniza y Sangre) lucharon para establecer sus identidades y jerarquías. Muchos líderes que continuaban siendo devotos de la Legión de la Llama fueron asesinados o vencidos en combate. Nuevas voces se levantaron en su lugar, y los charr como una raza dividida. Sólo a través de la fuerza de sus legiones, con su apego natural a la cadena de mando, la nación charr sobrevivió a este turbulento periodo. Y, irónicamente para los charr, la maldición final de Adelbern se convirtió en una parte vital para esa supervivencia.




Una vez que el poderío de la Legión de la Llama se rompió, los chamanes y sus seguidores huyeron a las Montañas Blazeridge para recuperarse de sus heridas. La huída fue posible ya que las otras legiones estaban demasiado ocupadas en reconstruir sus jerarquías internas tras generaciones de control de la Legión de la Llama. Pero después de que las estructuras de Hierro, Sangre y Ceniza fueran reconstruidas parecía casi imposible que las legiones volvieran a enzarzarse contra las otras y aprovecharse de las debilidades, potencialmente pudiendo erradicarse ellos mismos.


Eso es exactamente lo que hubiera pasado… si no hubiera sido por los fantasmas de Ascalon.


La maldición de Adelbern sobre las tierras de Ascalon se extendió entre los humanos. En un blanco y ardiente instante, destruyó sus cuerpos y maldijo sus espíritus para vagar sobre la tierra, luchando por siempre contra los charr. Debido a que el fantasmal enemigo era implacable y casi indestructible, las Grandes Legiones de los charr se vieron obligadas a trabajar juntas desde el principio si querían sobrevivir. A pesar de que detestaban estar unidos, la necesidad de defenderse ellos mismos y defender Ascalon enseñó a las tres legiones cómo trabajar juntas sin sacrificar su individualidad.


Actualmente, las Legiones de Hierro, Sangre y Ceniza operan bajo una inestable alianza. Smodur el Inquebrantable dirige a la Legión de Hierro desde su fortaleza en la Ciudadela Negra. Al este, cruzando las montañas Blazeridge, El emperador Bangar Ruinbringer controla las tierras de la Legión de Sangre.


Malice Espadasombría, una joven hembra charr, gobierna como emperadora de la Legión de Ceniza. Aunque las tres legiones discuten y se pelean, han conseguido mantener un estado de acuerdo mutuo. Cada legión es independiente, pero las tres envían tropas para apoyar Ascalon, pero también para erradicar la amenaza humana. Smodur sabe perfectamente que las tropas de Malice no están sólo para ayudar, sino también para espiarle; sin embargo, los dos líderes se respetan. Bangar es el verdaderamente salvaje, que incita a la desconfianza y susceptible a la ira. No obstante, su odio por los seres humanos vence sus sospechas sobre los otros emperadores, y ha proporcionado un gran número de tropas al gobierno de la Ciudadela Negra.




Una tormenta sacudió la Marca. Los relámpagos brillaron aquí y allá, iluminando extrañas cosas cristalinas vagando por las corruptas llanuras. Una solitaria partida de guerra charr marchó a través de las arenas movedizas, botas pisando sobre terreno muy peligroso y en constante cambio.

Una tormenta sacudió la Marca. Los relámpagos brillaron aquí y allá, iluminando extrañas cosas cristalinas vagando por las corruptas llanuras. Una solitaria partida de guerra charr marchó a través de las arenas movedizas, botas pisando sobre terreno muy peligroso y en constante cambio.


“Entonces es hora de matar.” Los ojos de Via se encogieron. Ella miró a su partida de guerra, amigos de la infancia. Sus rostros se volvieron rígidos. Conocían el temible peligro. La llanura que se extendía delante parecía sólida y segura. Eso la convertía en una excelente zona para combatir. “Preparad el asalto. Dos en la retaguardia, el resto conmigo. A mi señal…”


Cuatro gigantescas criaturas subieron la colina. Eran horribles, corrompidas por las energías de la Marca. A juzgar por sus deformes cráneos y sus inmensas garras, estas abominaciones podrían haber sido en su día osos o gatos de montaña. Ahora no eran nada, simples cáscaras corruptas llenas del asesino odio del dragón. Cuatro. Muchos más de los que podían lidiar. Ella no estaba del todo segura de que su partida de guerra pudiera derrotar a uno.


Via no se dio cuenta de que había dado un paso atrás hasta que notó la mano de Feros en su antebrazo, dirigiendo su equilibrio.


“Estás bien?” Preguntó. Su voz era tan baja que apenas las orejas de Via pudieron captar su significado.


“Son… grandes.” Susurró esas temblorosas palabras antes de que se diera cuenta de que había hablado. Rígidamente, Via apartó su mano como si su mano fuera como carbón ardiente tocando su piel. Alcanzó su espada. “No seas tan cobarde, Feros. Podemos con ellos.”


Feros sonrió… una expresión no muy diferente a la de su gruñido. “Ten por seguro que podemos intentarlo.”




El Señor de la Ciudadela


El Emperador de la Legión de Hierro es un duro y viejo soldado, un veterano de incontables batallas, conocido como Smodur El Inquebrantable, excepcionalmente musculoso para su edad, y presenta las cicatrices propias de toda una vida como soldado. Sólo le queda un ojo, que usa para mirar con atención a sus subordinados y su azulada armadura ha sido reparada demasiadas veces como para contarlas.


Smodur es un completo ingeniero y un genial arquitecto y diseñador. Con los años, ha sido responsable de muchos avances que han aumentado la fuerza de la Legión de Hierro. El emperador considera a su legión como la más "con visión de futuro" de todos los Charr. Debido a la naturaleza inusual y progresista de Smodur, han sido aceptadas otras razas en la Ciudadela Negra, siempre que demuestren su valía a los charr. Smodur está aún trabajando en la tregua con los humanos que defienden la fortaleza de Ebonhawke -un lugar que ha sido durante mucho tiempo una espina clavada de la Legión de Hierro. Como condición para considerar la tregua, los charr exigen que los seres humanos devuelvan un arma antigua perdida durante el Foefire: la Garra del Khan-Ur.


Algunos dicen que Smodur exige el regreso de la legendaria arma para que pueda utilizarla para reforzar su autoridad y reclamar la soberanía entre los Charr. Otros rumores argumentan que el emperador desea fundir la Garra y destruir el legado del Khan-Ur, con la esperanza de que su pueblo continue moviéndose hacia adelante, sin mirar atrás.





"¡Levántate, soldado!" Via rugió a los últimos de su partida de guerra. Cogió las garras corrompidas de un monstruo enorme en su escudo y trató de responder con un golpe de espada. La mirada vidriosa en el ojo de su compañero caído lo decía todo. Estaba muerto, como los demás. Hermanos y hermanas de fahrar que habían luchado a su lado desde la infancia. A pesar de las tres bestias que habían derribado -Via mató a uno sola- no pudo detener la embestida de la cuarta. Su cuerpo se encontraba dolido y el arma en su mano se hacía más pesada con cada ataque.

El escudo de Via quedó destrozado, esparciéndose los trozos de hierro y virutas de madera a través de su hocico. Se tambaleó hacia atrás y agitó su espada ferozmente, tratando de alejar al enemigo hasta que su visión se aclarara. Un tajo amplio, dos - pero no consiguió golpear a nada. Via abrió los ojos, temiendo lo peor... justo a tiempo para ver la monstruosa bestia de la Marca tambalearse y caer. Un puñal de mango blanco había atravesado su cristalino corazón.

Feros se interponía entre ella y la bestia, su cuerpo estaba desgarrado desde el hombro hasta la cola. Logró un gruñido mientras caía de rodillas. "Idiota".

Haciendo caso omiso de sus propias lesiones, Via se dirigió a su lado, arrancando la capa y rasgándola en tiras para poder apretar las heridas. Molesto, el explorador le dió un leve manotazo. "Déjame morir. Vete, antes de que el olor de la sangre atraiga a más...''

"Cobarde". Gruñó ella, apretando el nudo con más fuerza. "¿Rendirte en una batalla?"

''Estoy jodido, Via''.

''Te pondrás mejor''. Mintió.

Feros respiró hondo. ''Vale. Pero nos vamos de aquí. Si me llevas, te mostraré el camino."

"No." Sus manos dejaron de atar el vendaje. "Si te mueves, te desangrarás. Iré yo. Traeré a alguien que vuelva a por ti. En menos de un día."
El soldado de la Legión de Ceniza soltó un bufido de disgusto. "Si vas sola no lo lograrás. Tres de nosotros morirán. Es así... o ninguno o todos. "Feros cerró los ojos con sumo dolor. Cuando los abrió de nuevo, su gruñido había regresado. "Prometí sacarte de aquí, idiota de mentalidad de Sangre. Así que eso haré."

Respiró profundamente y tomó la decisión. La charr cargó al soldado de la Legión de Ceniza en la espalda. Feros apretó los brazos alrededor de su cuello. Sin mayor discusión, se dirigieron al norte, hacia Kinar.



Cadena de mando


El verdadero jefe de la nación charr es el Khan-Ur, considerado el emperador supremo. Se sitúa por encima de los emperadores de todas las Legiones principales y coordina todos los ejércitos de los charr. El último Khan-Ur fue asesinado cuando los humanos llegaron a Tyria y expulsaron a los charr de Ascalon. Unos pocos charr han tratado de reclamar el título desde entonces, pero realmente ninguno ha unido a las legiones en un solo trono. Sin un Khan-Ur, cada una de las cuatro legiones es liderada por emperadores independientes que tienen la autoridad suprema dentro de la estructura de su legión.





Debajo de cada emperador están sus principales comandantes, los tribunos. Una legión rara vez cuenta con más de diez tribunos, y este cargo supervisa todo el escenario de la guerra o la amplia franja de territorio controlado. Debajo de los tribunos se encuentran los centuriones. Cada centurión dirige una serie de partidas de guerra (una "compañía") y coordina las maniobras a gran escala dentro de la autoridad del tribuno. En las zonas donde varios centuriones están al mando, un centurión supremo podría ser nombrado el "primero entre iguales" de los centuriones. Este lidera una fuerza de asalto activa de 3-5 grandes compañias, que es más pequeño que los números comprendidos en la autoridad del tribuno, pero sigue siendo considerable.


Cada partida de guerra tiene su propio legionario. Los legionarios son el verdadero corazón de las legiones. Ellos lideran sus partidas de guerra (por lo general un grupo de 5-15 charr) en las misiones, los guian a la victoria, y proporcionan el liderazgo individual al escuadrón. Bajo su mando están los auténticos soldados de cada legión -los miembros de la partida de guerra que son las bases de la fuerza de los charr.


También hay rangos dentro de la estructura de las Legiones que no contribuyen directamente a la cadena de mando. Un honorario es un mandato temporal que se utiliza en situaciones de emergencia. El cuestor es el título de la legión para un intendente, una posición normalmente en manos de un soldado veterano cuyas habilidades en el campo han disminuido, pero cuya experiencia y orientación administrativa son sumamente valiosas. ''Peleón'' es el término que abarca a todos los de una partida de guerra en un castigo impuesto, sin importar su rango oficial.


"Primus" es el título que se le otorga a un instructor adulto en un fahrar. A medida que nacen los cachorros, son llevados al fahrar de su legión para ser educado y criados en una partida de guerra compuesta por los cachorros de ese año (o cerca de ese). El Primus proporciona educación y orientación, preparando y enseñando a las jóvenes partidas de guerras para siempre como soldados en sus legiones.


El rango más inferior de las Legiones es el gladium. Un gladium es una charr sin partida de guerra, son los luchadores más inferiores, de poco respeto o responsabilidad, independientemente de sus títulos anteriores o rango. Sin una partida de guerra, un charr no es de confianza. Es deber de cada gladium de reincorporarse a una partida de guerra tan pronto como sea posible. Hasta que lo hagan, se les ve con una marca negra en el registro de la legión y están mal vistos.


Hay una diferencia concreta entre gladium y un charr que ha sido asignado fuera de su partida de guerra. Los primeros no tienen ningún apoyo y tampoco lugar en la jerarquía, salvo en los peldaños más bajos. Estos últimos simplemente realizan alguna tarea o misión en solitario lejos de sus unidades. Es aceptable para los charr estar lejos de sus partidas de guerra durante un largo período, cuando así lo requieran el deber y la necesidad. Un charr en una misión independiente, a diferencia del gladium, siempre tiene sus unidades preparadas y vuelve cuando finalizan sus misiones.





El joven primus del fahrar levantó una ceja cuando vio a un legionario de Sangre dando grandes zancadas hacia los pozos. Sus heridas no habían cicatrizado todavía de un viaje a través de la Marca, y el recorrido de las enormes garras se encontraba todavía fresco en su cuerpo. En sus brazos, la charr sostenía un cachorro de pelaje oscuro no más de dos semanas de edad. "¿Legión de Sangre?" el primus se burló. "Esto es un fahrar de Ceniza."

"Sé donde estoy", gruñó el guerrero ferozmente, mostrando sus dientes. "Toma esta cosa miserable y ya está." A pesar de sus palabras, ella se aferró a su cachorro por un momento más, frotando de nuevo el pelo de las orejas y dejando a su bebe jugando con su pequeña garra.

''¿Quién es el padre?''. Preguntó el primus de Ceniza con curiosidad.

Su respuesta fue acompañada de una mirada afilada. "No es asunto tuyo, basura de Ceniza." Ella miró a su cachorro una vez más antes de ponerlo suavemente en los brazos de primus. "Fue uno de los tuyos. Eso es todo lo que necesitas saber. "

El primus dejó al cachorro con los demás: la partida de guerra en la que un día confiará. "¿El cachorro tiene nombre?", preguntó con cautela, llamando al guerrero de la Legión de Sangre mientras se alejaba.

La charr se paró, mirando hacia atrás por encima del hombro. "Veros", gruñó. El guerrero de la Legión de Sangre apoyó la mano en un puñal de mango blanco que colgaba de su cinturón. "Y, ¿primus? Dile que su padre era un cobarde.'' Después de un momento, ella murmuró en voz baja: "Entonces, asegúrate que se vuelve de la misma manera".

Via bajó la cabeza como si dejara una gran carga y abandonó en silencio el fahrar.









Traducción realizada por Zabrios y Albert.

Fuente: www.guildwars2-online.com